El Hotel Grandspejszyn es un lugar mágico. Quien traspase su crujiente umbral y los propietarios, Łilkinson y Ella, le sirvan un vaso de zumo de agracejo, se sentirá como en casa. Y tal vez quiera quedarse para siempre...

También destacan los residentes del hotel: la inventora Mo, que se ata las largas orejas a la cabeza, el ligeramente nervioso señor Libling, la tímida gata Jersi y la pequeña bailarina Ajmi. Cada uno es libre de hacer lo que quiera: pintar patas de gallo en teteras blancas, sentarse en el porche y mirar a lo lejos, realizar caminatas por la montaña aparentemente inútiles... o simplemente mantener sus asuntos en completo secreto. Pero nada dura para siempre. Una mañana, la paz de los huéspedes del hotel se ve perturbada por la llegada del Sr. Bear: el orgulloso astrónomo y bisnieto de Lord Berlington. Afirma que todo el Valle Verde está en peligro de extinción. Cómo exactamente, no se sabe. No se sabe si se puede prevenir, ¡pero hay que intentarlo! Parece que el destino del mundo de repente se encuentra en muy pequeñas manos...

La autora sobre su libro:

¡El hotel Grandspejszyn realmente existió! Estaba en la habitación de mi hija, en tres niveles del armario encima de la cómoda. Hania llenó los estantes con muchos muebles diminutos y animales. El señor Oso tenía una maleta grande, y el gato Jersi era el más pequeño y encantador de todos... En cuanto comencé a escribir, le pregunté a Hania: "¿Me ayudas a inventar historias?". Y ella respondió: "Mamá, no tengo que inventar nada. Sólo te diré lo que está pasando allí".