La niña que extraña al gato muerto recibe la visita del Vacío... Ella es una mancha blanca y informe que dejó él: sin orejas, sin cola, sin bigote, es grande, blanca y da un poco de miedo. Llena consigo mismo casi todo el espacio, deambula, desaparece por un momento, para reaparecer aún más claramente. El vacío responde de buen grado a las preguntas de una niña que no comprende del todo qué es y de dónde viene.

Una historia extremadamente conmovedora, sencilla y sabia sobre la experiencia de la pérdida, el duelo, el anhelo y los recuerdos. El libro tiene un gran valor terapéutico, ayuda al niño a aceptar la pérdida de un ser querido, domina el miedo, le permite comprender emociones difíciles y le anima a hablar de ellas.